En un comunicado emitido el sábado, la Comisión Europea dijo que había comenzado a consultar con los estados miembros de la UE sobre un texto que luego se enviará al Parlamento Europeo y al Consejo para su escrutinio. El documento es parte de la Taxonomía de la UE, un libro de reglas para canalizar la inversión hacia actividades destinadas a ayudar a lograr cero emisiones netas de gases de efecto invernadero durante las próximas tres décadas.
Pero el gobierno español, liderado por una coalición de centro izquierda del Partido Socialista (PSOE) y Unidas Podemos, ya ha dejado claro que se opone a la nueva definición de inversión verde.
“El gas natural y la [energía] nuclear no pueden considerarse tecnologías verdes o sostenibles en la normativa de taxonomía, independientemente de la posibilidad de realizar inversiones continuas en ambos”, dijo una fuente del Ministerio de Transición Ecológica de España. Esta posición fue confirmada más tarde por una declaración ministerial. “No tiene sentido y envía las señales equivocadas para la transición energética de toda la UE”, dijo la ministra Teresa Ribera en el comunicado.
En cambio, señaló el ministerio, España defiende poner las plantas de energía nuclear y gas natural en “una categoría intermedia amarilla por su papel en la transición, pero sin ser consideradas verdes”.
La energía nuclear no produce emisiones de gases de efecto invernadero, pero la gestión de residuos radiactivos plantea problemas únicos. Y las plantas de ciclo combinado que funcionan con gas natural tienen emisiones de dióxido de carbono (CO₂) mucho más bajas que las plantas de carbón, pero aún funcionan con un combustible fósil.
En el borrador legal de 60 páginas que Bruselas ha enviado a los Estados miembros, y al que ha tenido acceso EL PAÍS, las centrales nucleares nuevas y existentes que cumplan determinadas condiciones se considerarían inversiones sostenibles hasta 2045. Las centrales de ciclo combinado que funcionen con gas natural están en la misma categoría hasta 2030. Ambos tipos de energía están incluidos en la segunda categoría de Taxonomía de la UE, reservada para fuentes de energía con bajas emisiones de carbono y sin alternativa disponible por el momento.
“Incluir ambos en la taxonomía verde representa una señal errónea para los mercados financieros y no proporciona la claridad necesaria para enfocar los flujos de capital hacia la economía descarbonizada, resiliente y sostenible prevista en el Pacto Verde Europeo”, dijo el comunicado del ministerio español.
La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, también reaccionó negativamente al borrador del documento. “Europa todavía tiene la oportunidad de reconsiderar esta decisión y evitar distanciarse de la evidencia científica y la demanda social”, dijo en un mensaje de Twitter.
En Europa, el mayor defensor de ver la energía nuclear como energía verde es Francia, donde dos tercios de la electricidad consumida provienen de tales plantas. El otro actor importante del bloque, Alemania, apoya esta definición de gas natural, que está utilizando para reemplazar las antiguas plantas de carbón.
Pero con los Verdes (que se oponen tanto a la energía nuclear como al gas natural) como la segunda fuerza en el nuevo gobierno de coalición de Alemania, no está claro si la posición del país seguirá siendo la misma. El vicecanciller Robert Habeck dijo el sábado que etiquetar la energía nuclear como sostenible es «un error».
En España, las fuentes renovables contribuyeron en torno al 47% del mix energético total en 2021. La eólica fue la principal fuente de energía en general, seguida de la nuclear, las centrales de ciclo combinado, la hidroeléctrica, la solar, la cogeneración y el carbón.
Fuente: El PAIS