El sector del transporte por carretera desempeña una labor esencial en la sociedad, asegurando la movilidad de los ciudadanos y la libre circulación de bienes. Esta industria, consciente del impacto que supone su actividad en la ecología y también del peso que representa en la economía, se ha visto en la obligación de buscar nuevas fórmulas que aúnen sostenibilidad y rentabilidad para continuar siendo una piedra angular en la fortaleza del tejido productivo y en el desarrollo de la sociedad.
Uno de los avances más destacados es el gas natural licuado (GNL), un combustible alternativo a los derivados del petróleo que se obtiene al enfriar el gas natural líquido hasta llegar a los -162ºC. Este proceso de vaporización (cambio de estado de líquido a gaseoso) reduce considerablemente el volumen, pues por cada litro de GNL se obtienen aproximadamente 570 litros de gas natural gaseoso a temperatura ambiente. El GNL está compuesto, sobre todo, por metano y otros gases como el propano y el butano; y se caracteriza por ser inodoro e incoloro, además de no ser corrosivo ni tóxico.
Se trata de una solución dirigida no solo al transporte por carretera, sino también para el ferroviario y marítimo. Este combustible aúna importantes ventajas en favor de una transición energética sostenible, de ahí que esté considerado como un puente entre el carbón (el más sucio) y la energía eólica y solar (las más limpias). Entre sus principales beneficios, destaca que reduce la contaminación medioambiental, lo que redunda en una mejora calidad del aire, dado que las emisiones disminuyen hasta en un 25%. Igualmente, descienden un 97% las partículas con respecto al diésel y entre un 20% y 30% las emisiones de dióxido de carbono (CO2), así como las de dióxido de azufre (SO2) y de otras partículas contaminantes, erigiéndose como el hidrocarburo perfecto para la lucha contra el cambio climático.
Otros puntos fuertes son la autonomía y el precio. El GNL se utiliza en el transporte de larga distancia, proporcionando una autonomía superior a los 1.500 km, y al mismo tiempo, su coste por kWh es considerablemente menor que el de otros combustibles: un 30% más económico con respecto al gasóleo, un 50% a la gasolina y un 20% al GLP (gas licuado del petróleo). Además, estos vehículos consiguen reducir el ruido de sus motores a la mitad, en relación a los propulsados con motores de gasolina.
Gracias a su alta relación hidrógeno-carbono en su composición, el GNL es limpio, seguro y eficiente. En este sentido, cabe indicar que en un hipotético caso de fuga o derrame, el gas se evaporaría en el aire sin dejar residuos ni contaminar el agua y el suelo.
Los vehículos de GNL, según la DGT, disponen de la etiqueta ambiental ECO (cumpliendo, aparte, que el nivel de emisiones del vehículos sea EURO 6/VI), lo que les exime de las restricciones de circulación en las ciudades y del impuesto de matriculación, y, a su vez, tienen a su disposición ventajas económicas en algunos estacionamientos.
El GNL desciende un 97% las partículas con respecto al diésel y un 25% las emisiones al aire
Referente internacional
El reto de la movilidad sostenible se ha convertido en un objetivo estratégico para el sector del transporte, y para alcanzar ese pico, es imprescindible comenzar con paso firme y decidido. Es el caso de la empresa de transportes por carretera ESP Solutions, que ha adquirido recientemente una flota de 300 camiones IVECO S-WAY NP, con motorización ecológica propulsada por GNL, una autonomía de hasta 1.600 kilómetros y 460 CV de potencia, perfecto para trayectos de larga distancia. De este modo, la compañía de Ceutí es, de toda Europa, la que cuenta con la mayor flota de transporte sostenible.
La entrega de los 300 primeros vehículos representa el 30% de la flota de ESP Solutions y se enmarca dentro de su Plan ECOline, que prevé que la variante GNL alcance el 80% en 2025, con un total de 1.400 camiones.
Fuente: Artículo publicado por La Verdad