martes, junio 6, 2023

Perspectivas del gas natural en Brasil en 2021

Por Ieda Gomes

El mercado del gas en Brasil no está desconectado del mercado internacional, en particular en lo que respecta a la competencia por las inversiones, por lo que es esencial acelerar el desarrollo del sector.

En los últimos dos años ha habido un intenso debate sobre la iniciativa Novo Mercado de Gás en Brasil, y cómo su implementación contribuiría al crecimiento de la competencia y, en particular, a la reducción de los precios del gas natural.

La Compañía de Investigación Energética proyectó un incremento en la demanda de 24 MMm3 / día hasta 2029, como resultado de la aplicación de las políticas contenidas en el Novo Mercado de Gás, ancladas en la asignación de activos y acceso a infraestructuras por parte de Petrobras, un convenio tributario relacionado con al ICMS y aprobación de la nueva Ley de Gas (Proyecto de Ley N ° 4.476, de 2020, en el Senado; y Proyecto N ° 6.407 / 2013, en la Cámara de Diputados).

Petrobras ha venido cumpliendo con los términos del Acuerdo de Terminación de Conducta firmado con Cade en julio de 2019. Entre otras medidas, ya cedió el 10% restante de su participación en TAG, así como varios activos productivos maduros y marginales, renunció de su derecho de preferencia en la capacidad de gasoductos y ha estado preparando la venta de su participación accionaria en Gaspetro, NTS y ​​en el Gasoduto Brasil-Bolivia. Además, se encontraba en el tramo final del arrendamiento de la terminal de GNL en Bahía, que fue suspendida por razones ajenas a su voluntad.

En materia tributaria, el Ajuste SINIEF 17/19, aprobado por el Consejo Nacional de Política Fiscal (Confaz) el 10/11/2019, permitió implementar el modelo tarifario de entrada y salida, vinculando la tributación del gas a los contratos, y no al flujo físico. Esta medida permitirá los denominados swaps de gas natural y aportará más liquidez y dinamismo al mercado del gas natural. Sin embargo, para una mayor seguridad jurídica, se debe votar una legislación específica, porque si un solo estado renuncia al ajuste, perdería su vigencia.

La ANP también ha ido mejorando la normativa del sector, habiendo puesto en marcha varias consultas públicas, entre las que destacan la Consulta Pública 16/2020, sobre el ejercicio de la actividad de producción de derivados del petróleo y gas natural; Consulta Pública 18/2020, sobre criterios de independencia y autonomía de los gasistas, y también Consulta Pública 12/2020, sobre el borrador del Manual de Buenas Prácticas Regulatorias, cuyo objetivo es la “Armonización de la Normativa Estatal y Federal” del nuevo programa de mercado del gas.

En cuanto a la nueva Ley del Gas, el Proyecto de Ley 6.407 / 2013 (Proyecto de Ley 4.476 / 2020), aprobado por la Cámara de Diputados en septiembre de 2020, fue modificado por el Senado en diciembre y remitido a la Cámara de Diputados. Pese al desacuerdo del relator, diputado Laércio Oliveira, con las enmiendas aprobadas por el Senado, la votación final del Proyecto pasa a formar parte del paquete de negociaciones para las elecciones a las presidencias de Cámara y Senado.

El aplazamiento de la votación hasta 2021 conlleva el riesgo de que el proyecto pierda la prioridad que le estaba dando el Gobierno, debido a otros temas urgentes y a la necesidad de reajustar la economía brasileña por los impactos de la pandemia. Y, como ocurrió en 2017, existe el riesgo de que el proyecto quede archivado por otros dos, tres años, pasando el período crítico de las elecciones de 2022.

Sin entrar en el fondo de los desacuerdos sobre las reformas aprobadas por el Senado, que esperamos se resuelvan, la Ley de Gas actualmente vigente (Ley 11.909 / 2009) es un obstáculo para el desarrollo del sector, ya que sobrecarga el proceso de construcción de gasoductos y mantiene la exclusividad de la principal incumbente en las infraestructuras de flujo, procesamiento y terminales de GNL.

Hasta la fecha, el desempeño de Cade y la respuesta de Petrobras han permitido que el sector se abra, pero si hay un cambio radical en la política de gobierno después de las elecciones de 2022, la falta de un marco legal más moderno será una barrera para la inversión en la cadena de valor del gas natural.

Además, la transición energética se ha acelerado a pasos agigantados, con varios países adoptando leyes que prohíben la producción de vehículos y calentadores de agua que utilizan combustibles fósiles para 2025-2030. Grandes consumidores industriales y conglomerados internacionales ya han anunciado su intención de alcanzar la neutralidad de carbono para el horizonte 2040-2050, con metas de sustitución de combustibles fósiles, incluido el gas natural, para el horizonte 2030. Actualmente, más de mil empresas ya se han sumado a la Metas basadas en planes de acción prometedores en temas climáticos. Las petroleras vienen anunciando la reducción de su producción de hidrocarburos y apostando por la inversión en energías renovables.

En 1980, las empresas de petróleo y gas representaban el 28% del índice S&P 500. En 2020, la participación del sector en el índice cayó al 3%. Según la Agencia Internacional de Energía, el valor actual de la producción mundial de gas natural podría caer de USD 6 billones a USD 3-5 billones en 2040, dependiendo del escenario de penetración de alternativas renovables.

Los inversores institucionales están abandonando progresivamente sus carteras de combustibles fósiles en favor de las energías renovables. El gas natural, antes visto como el combustible de transición ideal, ha sido comparado desfavorablemente, debido a las emisiones de metano, un gas que también contribuye al efecto invernadero. Como consecuencia, los recursos y el financiamiento para proyectos de infraestructura de gas natural pueden volverse más escasos, lo que obstaculiza el desarrollo de la infraestructura de gas natural en los países emergentes.

Perspectivas del gas natural en Brasil

El mercado del gas en Brasil no está desconectado del mercado internacional, particularmente en lo que respecta a la competencia por las inversiones, por lo que es fundamental acelerar el desarrollo del sector antes de 2030. La década 2020-2030 es un período crucial para la implementación de programas de monetización e infraestructura de gas natural, que permitan un ciclo económico de 20 años, antes del logro de los objetivos internacionales de neutralidad de carbono.

Artículo publicado originalmente por Brasil Energia | La autora, Ieda Gomes es consultora independiente y miembro de la junta directiva de empresas internacionales de energía, infraestructura y certificación.

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